Marcas a la deriva en las redes sociales
Hace ya mucho que las marcas entendieron que estar en presente en las redes sociales en las que se mueve su público no es una opción, sino una necesidad. Y como tal, hoy en día todas cuentan con su propio perfil en diversos medios sociales. ¡Bien! O quizá no tanto. Porque en el mundo digital el simple hecho de estar presente en los medios sociales no es sinónimo de ventas, ni siquiera garantiza un buen branding, o alcanzar cualquiera que sea el objetivo marcado por la propia empresa al entrar en cada red social.
En contra de lo que se tiende a pensar a priori, lo cierto es que una marca a la deriva en las redes sociales no es aquella que no tiene miles de fans. Ni siquiera las que están por estar, que las hay, demasiadas, pero éstas poco esperan de su presencia allí; una marca a la deriva es la que no tiene comunidad. Y no, comunidad no es lo mismo que número de fans, followers o seguidores; es distinto. A la deriva están las marcas que aún teniendo seguidores, están solas, hablan solas.
Marcas sin comunidad
Tener una comunidad es tener seguidores implicados, que interactúan, que comparten, que comentan y que contribuyen a la difusión. No tenerlos es un mal común entre marcas grandes y pequeñas, entre las que no entienden el marketing como una inversión y entre las que invierten cifras astronómicas. Y es que la clave no está en la cantidad de ceros, sino en la estrategia.
El problema detrás de las marcas sin comunidad es que no tienen en cuenta a la hora de elaborar y desarrollar sus estrategias de marketing que detrás de cada pantalla hay una persona con la que hay que conectar.
Cuando el número de seguidores no es suficiente
A pesar del camino recorrido, aún hoy muchas son las empresas que confunden éxito en social media con número de fans o seguidores. Craso error que les lleva a la lucha por tener el mayor número de seguidores en las redes sociales en su sector... Tener una NO comunidad con miles de seguidores. ¿Para qué? Si no ayudan a difundir la imagen de marca, no opinan ni comentan, no compran, no ayudan a detectar posibles mejoras en productos y/o servicios, ¿para qué sirve un número?
Cuenta la leyenda que cuando tu número de seguidores es una cifra alta, te da prestigio. Puede ser, pero solo hasta que el usuario cominza a recorrer el timeline o el muro y se da cuenta que, a pesar de los miles de seguidores no hay ni un triste like o retweet. Entonces, el número se vuelve en contra. "Si tiene tantos seguidores y no participan, ¿debería desconfiar?" Ups.
Los problemas de estar en redes sociales y no tener comunidad
Es cuando la interacción brilla por su ausencia cuando el número de seguidores se queda solo en eso, un número.
Si los seguidores y usuarios no participan es porque la estrategia de contenidos no es la adecuada (eso, suponiendo que existe una estrategia de contenidos, ya que no todos los community managers la tienen; motivo más que suficiente por el que quizá no deberían llamarse así). Y si los contenidos no interesan al target, si no les motiva, ni un milagro les va a impulsar a interactuar con la marca y los mensajes lanzados se ahogarán en un mar lleno de tiburones luchando por sobrevivir.
Las redes sociales como medio, no como fin
Estar presente en las redes sociales debería ser la consecuencia de una estrategia que considera éstas plataformas como un medio, no como un fin. O lo que es lo mismo, utilizar las redes sociales como una herramienta, un altavoz para difundir la marca, impresionar y sorprender a los usuarios y potenciales clientes; pero no tener el objetivo de llegar a un número de seguidores.
Los diversos canaes sociales funcionan a base de engagement. Sin interacción, ningún contenido cruzará fronteras. Y para lograr esa interacción es fundamental el contenido, la planificación del mismo y su difusión de manera que ayude a captar seguidores y fidelizar los que ya tenemos y los que vamos a conseguir.
En pocas palabras, sin comunidad, una marca está a la deriva en este mar de redes.
